La recordación de la desolación de Jerusalem
Cumpliendo con los salmos (137:5,6) “Si te olvidaré Jerusalem que mi mano derecha olvide su destreza ¡Que mi lengua se adhiera a mi paladar si no te recordare, si no he de traer a la mente a Jerusalem durante mi mayor alegría!” invocamos a la “estéril” Jerusalem y anhelamos su pronto reencuentro con todos sus hijos.